
Jesús, naciste en un pesebre,
entre mansos animales.
Yo nací entre pobre gente
que lidiaban con el hambre.
Tú creciste entre viejos sabios,
entre ellos fuiste genio.
Yo crecí entre negros y blancos
y sus fibras llevo dentro.
Fuiste hombre y te juzgaron,
sin piedad te maltrataron.
Yo fui mujer y fui juzgada
sólo por un pecado.
Porque amé como tú quisiste
que siguiera tu enseñanza.
Pero el mundo tanto exige,
que mutila tus palabras.
Por eso no te dejaron,
culminar con tu misión.
Es el hombre y su ambición
causante de los pecados.
Dios te hizo mediador,
entre la vida y la muerte,
entre cielo y tierra eres dador
de consuelo a quien te aclame.
Hoy te quieren renegar,
aquellos que tú salvaste
y pretenden olvidar
que por ellos... tu sangre derramaste.
Aqui yo vengo a arrodillarme
y a recordar tu nacimiento,
a este mundo que va muriendo
entre tantas cosas banales.
Ya no hay excepción alguna
entre el pecado ya muerto,
pero aún yo sigo en tus lunas
dando vivas a tu adviento...
Carmen Flores
Dic/02/07
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