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 A lo lejos, un tango arrabalero
 y a mis oídos la música de unos besos,
 en mi cuerpo el vibrar de una guitarra
 eran las manos del hombre que tocara
 mi piel y un tango, que como un reflejo
 brillaba en los ojos de un te quiero
 y una mujer que en sus brazos, suspiraba.
 
 
 Ese tango me hizo mujer,
 entre letra y letra mi piel tatuaba,
 una voz muy bien timbrada,
 cantaba fuerte a su querer
 ese tango... tango de ayer,
 que buscaba sueños sobre mi almohada,
 traía los aires de tierras lejanas
 y el hechizo dulce que robó, mi ser.
 
     
       
    
     
    
       
      
     
    
     
       
    
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