Diminuta, pero ágil como hormiga
hacendosa y autoritaria,
no importa las tormentas que avecinan
no le importa los cambios de la vida,
ella vive contra vientos y borrascas.

Lágrimas de temor le brotan,
a veces cuando la realidad asoma,
tiene años suficientes de partida,
y se aferra a vencer cada corrida
para que no la alcance la muerte que la acosa.

Es mi querida tía, mi única tía
la menor de hombres y mujeres,
ya se fueron todo sus parientes
y ella como soldado marchando con gallardía
se resiste a mirar como envejece.

Muy cerca del siglo, y aún rebelde,
sorda como tapia desde siempre,
sufrida como las madres que procrean,
no importa si normales o con la suerte
de no lograr ver a sus hijos en la escuela.

Era mi tía desde joven orgullosa,
muchas veces se miraba en el espejo,
reformando su figura en trajes nuevos,
así yo la recuerdo, era hermosa
así la quise porque de ella recibí sus besos.

¡Ay!, mi querida tía...¿qué secreto,
tiene Dios para conservar tu cuerpo?
Quizás, una lección deja esa vida,
quizás hay que aprender que cada día
es una copa que sostienes y es el tiempo
que en tus manos la quiebra...
o la salva de caidas.

Carmen Flores
Septiembre 2007
Mes en que mi tía cumplio 97 años...
cocina, limpia y lee la biblia...