Mirando retratos antiguos
sonrío llena de orgullo,
al ver mis ojos tan vivos
con mi caminar, tan seguro...
jamás pensaría que el futuro,
presenta los años corridos.

Edades que corren prisa,
que vuelan sin darnos cuenta,
los cambios que se reflejan,
son claros... pero, que no nos digan,
que no delaten pieles secas,
ni arrugas de abajo a arriba.

Cuando observábamos chicos
reíamos, nos apostábamos conquistas,
de todas nuestras cuitas
momentos bien vividos,
todo queda ya sin vida.

Doy una mirada a mi cuerpo,
hecho ya casi esqueleto,
mis piernas no derechas
aquellas curvas, hoy carreteras
olvidadas en silencio.

Mis manos arrugadas,
mis ojos ya maltrechos
relucientes cataratas,
la joroba de un camello
alejado del desierto.

Sólo me quedan las fotos,
alardear que fui muy bella,
que esfumó mi silueta
y en lugar de risa, sollozo
a orillas, casi de un pozo...

Preguntas sin respuesta
afloran con mucha tristeza,
cuando mi juventud
comenzó a dar su luz,
perecía ser eterna,
hoy pregunto al cielo azul...
¿Qué hizo Dios con mi belleza?


Sept. 21/ 07

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